Lengua 
¡Queridos hijos! Con gran alegría, también hoy los invito a vivir mis mensajes. Estoy con ustedes y les agradezco porque en sus vidas han puesto en práctica lo que les digo. Los invito a vivir aún más mis mensajes con renovado entusiasmo y alegría. Que para ustedes la oración sea vida cotidiana. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del mensaje

25 de mayo de 2003 (Mensual)
25 de junio de 2003 (Anuales)
 
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