Lengua 
¡Queridos hijos! Hoy día los invito a responder a mi llamado a la oración. Deseo, hijitos, que durante este tiempo encuentren un ángulo para la oración personal. Yo deseo guiarlos hacia la oración con el corazón. Sólo así comprenderán que la vida de ustedes es vacía sin la oración. Ustedes descubrirán el sentido de la propia vida, cuando descubran a Dios en la oración. Por tanto, hijitos, abran las puertas de su corazón y comprenderán que la oración es gozo, sin el cual no pueden vivir. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del mensaje

25 de junio de 1997 (Anuales)
25 de agosto de 1997 (Mensual)
 
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