Lengua 
¡Queridos hijos! Hoy los invito a la oración. Que la oración sea la vida para ustedes. Una familia no puede decir que está en paz si no ora. Por eso, que su mañana comience con una oración matutina y la tarde termine con una acción de gracias. Hijitos, Yo estoy con ustedes y los amo y los bendigo, y deseo que cada uno esté en mis brazos. Ustedes no podrán estar en mis brazos si no están dispuestos a orar cada día. Gracias por haber respondido a mi llamado!
25 de julio de 1995 (Mensual)
25 de septiembre de 1995 (Mensual)
 
Para de comparación con distinto lingüístico versión escoja