Lengua 
¡Queridos hijos! Hoy quisiera envolverlos con mi manto y guiarlos por el camino de la santidad. Yo los amo y por eso deseo que ustedes sean santos. No quiero que Satanás los obstaculice en este camino. Queridos hijos, oren y acepten todo lo que Dios les presenta en este camino, que es doloroso. Pero a quien comience a recorrerlo, Dios le revelará toda la dulzura de modo que pueda responder a cada llamado Suyo. No den importancia a las pequeas cosas sino que aspiren al Cielo y a la santidad. Gracias por haber respondido a mi llamado!
25 de junio de 1987 (Mensual)
25 de agosto de 1987 (Mensual)
 
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