Lengua 
¡Queridos hijos! Hoy, de nuevo deseo invitarlos a la oración. Cuando ustedes oran, son mucho más bellos: como las flores que, después de la nieve, muestran toda su belleza y cuyos colores se vuelven indescriptibles. Así también ustedes, queridos hijos, después de la oración, muestren a Dios su belleza para ser amados por El. Por tanto, queridos hijos, oren y abran sus corazones al Seor para que El haga de ustedes una flor armoniosa y bella para el Paraíso. Gracias por haber respondido a mi llamado!
11 de diciembre de 1986 (Semanales)
25 de diciembre de 1986 (Semanales)
 
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