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¡Queridos hijos! También hoy los invito a poner en práctica y a vivir los mensajes que les doy. Decídanse por la santidad, hijitos, y piensen en el paraíso. Sólo así tendrán paz en vuestros corazones, la cual nadie podrá destruir. La paz es el don que Dios les da en la oración. Hijitos, busquen y trabajen con todas sus fuerzas para que la paz triunfe en vuestros corazones y en el mundo.¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del mensaje

25 de abril de 2006 (Mensual)
25 de junio de 2006 (Anuales)
 
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